MI QUERIDA RADIO SPICA Y PEÑAROL

Era un 20 de mayo del año 1966, tardecita y nochecita gris, con niebla abundante que la hacía más inhóspita para el lugar. Yo, con 15 años, peoncito en un establecimiento rural de la séptima sección del departamento de Durazno, límite con Cerro Largo.

Jugaba mi querido Peñarol, estaba solito en medio de la nada, acompañado por los perros y mi radio Spica comprada recientemente y con enorme sacrificio.

Cerca de allí nada de nada, las pilas gastadas y cada vez se escuchaba menos a don Carlos Solé, hecho que hacía que la tuviera que tener pegada a mi oreja derecha.

Empezó el alargue y chau transmisión, "¿¿¿que hago???"

Sale el uruguayo a luz, caldera de lata, fogón, las cuatro pilas adentro y dejarlas hervir unos minutos, colocarlas y seguir escuchando. Así reiteradas veces esta operación hasta que finalizó todo con Peñarol campeón.

Ella y los perros son los únicos testigos de mis gritos y lágrimas de alegría. Le prometí que mientras viva ella estará junto a mi y hoy con mis 71 años y ella con unos casi 60, luce coqueta encima de una repisa de mi living y es llamada "la vedette".

Cada tanto le coloco, estas veces pilas nuevas, bajo el volumen de la TV y escucho el relato de algún partido de mi Peñarol y cuando vuelve ella a su lugar siento que me dice, "no te irás de este mundo sin que yo te traiga otro triunfo de tu Peñarol como aquel del 66 y cuando ambos éramos muy jóvenes."

Historia real gracias a mi querido Peñarol y mi bendita radio spica.

El Chiche
(Evaristo Benitez)