Aparece con su fútbol en Buenos Aires a partir de 1907 por razones laborales, jugando en Ferro Carril Oeste y, en octubre de 1908 en Montevideo en el enfrentamiento entre el precitado y Peñarol en torneo de ferrocarrileros.

Sorprendió su estilo de juego y, a partir de 1909, por un trasiego de empleados, por recientes huelgas en ambas márgenes del Plata, actúa en los carboneros como centro o eje medio pese a su baja estatura, ser algo chueco y con miopía incipiente (aspecto que, con solo 34 años, le llevaría a parar de jugar en 1920) y, con su depurada técnica, el sentido de anticipo (hasta de cabeza), enseñó a bajar el balón, a salir jugando y a distribuirlo incluyendo y en preferencia el pase corto, pues se usaba el largo, constituyéndose en un maestro y, a través de más de una década, en un símbolo de la continuidad del club peñarolense pues fue campeón uruguayo en 1911 y 1918 y Capitán desde 1909 a 1916. Alcanzó logros internacionales (Copas Competencia y de Honor) con Peñarol y sumó 237 presencias y 5 goles con la malla oro y carbón.

También, por su estilo diferente- a la sazón típico de Escocia-, llegó a sumar 22 presencias (Clases A y B) en la Selección uruguaya y fue campeón de la Copa Newton que permitía la actuación de jugadores no nativos.

Tras su retiro en 1920, en 1922 fue declarado Socio Honorario de la Institución y tres décadas más tarde, el jueves 19/06/52, antes de un encuentro oficial entre Peñarol y Rampla Jrs., en pleno Estadio Centenario, ante 45.000 concurrentes, recibió el reconocimiento de varias personalidades del fútbol rioplatense y de quienes habían integrado equipos rivales ya desaparecidos, calificándosele de "refundador del fútbol uruguayo" y cerrando el acto Carlos Scarone (figura en ambos rivales clásicos). En ese acto, Máspoli, Pereyra Natero y Hohberg portaron respectivamente las banderas de Uruguay y de Peñarol en sus dos versiones, con las letras "C.U.R.C.C." y con las 11 estrellas.

Piendibene en 1951 aseveró: "Fue el mejor centre-half de todos los tiempos, en ese difícil puesto que es la llave del equipo". Entre ambos y en Peñarol crearon el innovador 2-3-5 con los delanteros en abanico y "el 9" arrancando desde más atrás: y con Juan Pena fueron base del llamado "fútbol del 12".

Juan Pena había dicho: "Acá fue Juan Harley quien nos enseñó a bajar la pelota y combinar el juego"

El prestigioso comentarista César L. Gallardo sostuvo: "La influencia de Harley en nuestro medio fue decisiva en cuanto a modificar radicalmente el panorama técnico y táctico del fútbol criollo".